¿Plata o Personalidad?

"The true man wants two things: danger and play. For that reason he wants woman, as the most dangerous plaything."
— Nietzsche
Que todo el mundo de antemano suponga que la única razón por la que una colombiana estaría interesada en un gringo siempre, de una forma u otra, tiene algo que ver con plata - que ni siquiera se considere la posibilidad de que podría ser por su trato o por poseer unos de los mismos atributos de personalidad que la harian sentirse atraída por un colombiano: es re paila.
No, no voy a decir que sea alguna "injusticia"; todo el mundo desprecia al pendejo privilegiado que actúa como si su privilegio lo hiciera una víctima. Pero sí es deshumanizante. A nadie le gusta que su compleja experiencia como ser humano se reduzca a una simple etiqueta.
Existe la idea de que los gringos que vienen a Colombia son perdedores en su país de origen, incapaces de levantar mujeres, y por eso vienen a Colombia para compensar su falta de encanto con su ventaja economica. Lamentablemente, los estereotipos suelen existir por una razón, y este no es la excepción; esto describe a muchos, si no a la mayoría, de mis paisanos allá - y desafortunadamente son los ejemplos más visibles.
Pero eso no me describe en absoluto, ni aquellos gringos con los que parchaba en Bogotá. No era el unico de ellos que realmente trataba de evitar a las chicas que estaban por interés (***). Lancemos unas bombas sobre ese estereotipo con unos ejemplitos de mi tiempo en Colombia, Mexico, *Y* Estados Unidos.
[Nota: antes de que se asombren por yo ser tan perro, por favor tengan en cuenta que, a diferencia de María Camila, estas no fueron todas simultáneas y nunca he engañado a una novia.]
*** No es que fuera tacaño ni nada, pero si no puedes conectar y pasarla bien solo caminando por el parque, haciéndose reír mutuamente y acariciando perros al azar, no es como si echarle dinero al problema fuera a solucionar la falta de química.
Hubo tres ocasiones en las que propuse un lugar para una primera cita con una chica y ellas sugirieron un lugar más caro; inmediatamente las descarté. De hecho, Maria Camila me llamó la atención haciendo exactamente lo contrario: propuso una alternativa más barata diciendo "créeme, la comida es mejor".
La ingeniera Rola tenía un complejo psicológico con el dinero y los hombres y se negaba rotundamente a dejarme invitarle cualquier cosa (lo que honestamente se volvió un hpta fastidio más de una vez por complicar una situacion sin necesidad solo por terca). Las 3 fresas mexicanas tenían más plata del que yo ganaré en toda mi vida.
Es decir: la plata no era lo que impulsaba esas relaciones.